Autocrítica y baja autoestima, cuando la voz interior se vuelve demasiado dura y 6 claves

Escrito y revisado por Iván Gálvez González (Psicólogo colegiado núm.. 32293)

Introducción

Hay una voz dentro de nosotros que muchas veces habla más alto de lo que debería. Esa voz que dice “no fue suficiente”, “tendrías que haberlo hecho mejor” o “así nunca vas a conseguirlo”. La autocrítica, en pequeñas dosis, puede ayudarnos a mejorar o a reflexionar sobre nuestros errores. Pero cuando se vuelve constante y severa, deja de ser una guía y se transforma en una carga que erosiona poco a poco la confianza y la autoestima.

Esa dureza interior no surge de la nada. Suele formarse con el tiempo, a partir de experiencias en las que aprendimos que solo si rendíamos bien, agradábamos o no fallábamos, merecíamos reconocimiento o cariño. Así, comenzamos a tratarnos como un juez que siempre busca más y rara vez se detiene a valorar lo que ya ha hecho. La buena noticia es que esa forma de hablarnos se puede cambiar. Aprender a tratarnos con más respeto y comprensión no es debilidad: es el primer paso para construir una autoestima más sana y realista.

Autocritica y baja autoestima

Qué es la autocrítica y por qué aparece

La autocrítica es esa voz interna que evalúa lo que haces, lo que dices y, a veces, incluso lo que piensas. En su justa medida puede ayudarte a aprender de los errores o a mejorar. Pero cuando se convierte en un hábito constante de exigencia, deja de ser una herramienta útil y pasa a ser una fuente de malestar. En lugar de impulsarte, te paraliza. En lugar de motivarte, te hace sentir que nunca estás a la altura.

Esa forma de hablarte a ti mismo no surge de un día para otro. Se aprende, muchas veces sin darnos cuenta, en los entornos donde hemos crecido o vivido. Si te acostumbraste a recibir críticas más que reconocimiento, o si sentías que los demás solo te valoraban cuando lo hacías todo bien, es probable que hayas interiorizado esa forma de trato. Con el tiempo, esa voz se convierte en parte del día a día: aparece cuando te equivocas, cuando te comparas o incluso cuando logras algo y piensas que podrías haberlo hecho mejor.

Entender esto es importante, porque significa que la autocrítica no define quién eres, sino cómo aprendiste a relacionarte contigo. Y lo mejor de todo es que lo que se aprende, también se puede desaprender.

Cómo la autocrítica refuerza la baja autoestima

Cuando la autocrítica se vuelve parte de tu forma habitual de pensar, termina afectando profundamente la manera en que te ves y te valoras. Cada vez que te hablas con dureza, estás enviándote el mismo mensaje: “no soy suficiente”. Con el tiempo, ese mensaje se convierte en una creencia, y dejas de cuestionarlo. Empiezas a dudar de tus capacidades, a minimizar tus logros y a sentir que los demás siempre podrían hacerlo mejor que tú.

Este tipo de diálogo interno no solo daña la confianza, también reduce la motivación. Cuanto más te castigas por fallar, más miedo tienes de volver a intentarlo. Así se forma un círculo difícil de romper: te exiges mucho, no llegas a cumplir tus propias expectativas, te criticas aún más y terminas confirmando la idea de que no puedes hacerlo bien. Poco a poco, esa voz interna deja de ser una guía y se convierte en un freno que limita tu crecimiento y bienestar.

Romper este patrón empieza por darte cuenta de cómo te hablas. No puedes tener una buena autoestima si te tratas con desprecio o si nunca reconoces tus esfuerzos. Cambiar la autocrítica por un tono más compasivo no significa dejar de mejorar, sino hacerlo desde el respeto, no desde el castigo.

La autocrítica no siempre se presenta de forma evidente. A veces, se disfraza de responsabilidad, de perfeccionismo o incluso de “querer hacerlo bien”. Pero si prestas atención, notarás que detrás de muchas de tus frases o pensamientos se esconde un juicio constante hacia ti mismo.

Algunos ejemplos comunes de autocrítica pueden ser:

  • “No entiendo cómo pude equivocarme en algo tan simple.”
  • “Seguro los demás lo habrían hecho mejor.”
  • “No debería sentirme así, soy demasiado débil.”
  • “Si no lo hago perfecto, no sirve para nada.”
  • “No soy lo suficientemente bueno para este trabajo / relación / proyecto.”
  • “Tendría que estar más motivado, más delgado, más preparado…”

Estos pensamientos suelen aparecer de manera automática, sin que te des cuenta. Al principio pueden parecer inofensivos, pero cuando se repiten a diario, van construyendo una imagen de ti mismo basada en el error y la insatisfacción. Y cuanto más te repites esas frases, más las crees.

La clave está en detenerte y observar. Cada vez que notes que te estás hablando de esa manera, recuerda que no estás describiendo una realidad, sino repitiendo un hábito. Y todo hábito puede transformarse con práctica y conciencia.

Cómo empezar a cambiar la autocrítica

Cambiar la forma en que te hablas no sucede de un día para otro, pero es posible si comienzas con pasos pequeños y constantes. La autocrítica no desaparece porque te obligues a “pensar en positivo”, sino porque aprendes a tratarte con más respeto y comprensión, incluso cuando fallas o no alcanzas tus expectativas. Se trata de construir una nueva manera de relacionarte contigo mismo.

Aquí tienes algunas ideas que pueden ayudarte a empezar:

1. Observa tu diálogo interno

Empieza por escucharte. Date cuenta de qué frases te dices cuando algo no sale como esperabas. Ponerles nombre es el primer paso para poder cambiarlas.

2. Cuestiona tus pensamientos

Cada vez que aparezca una frase crítica, pregúntate: ¿esto es un hecho o es una opinión? Muchas veces, lo que te dices no es la realidad, sino una interpretación exagerada o aprendida.

3. Sustituye la crítica por reconocimiento

Después de un error, en lugar de castigarte, intenta reconocer lo que hiciste bien o lo que aprendiste del intento. Refuerza tus esfuerzos, no solo los resultados.

4. Háblate como hablarías a alguien que quieres

Imagina que un amigo o ser querido te cuenta lo mismo que te dices tú. ¿Le responderías con tanta dureza? Probablemente no. Aplica esa misma empatía contigo.

5. Acepta que equivocarte es parte del aprendizaje

El error no define tu valor. Cada vez que fallas, estás aprendiendo algo nuevo. Trátate como un aprendiz, no como un juez.

6. Celebra los pequeños avances

Reconoce tus logros, incluso los más simples. Cada vez que eliges hablarte con amabilidad, estás fortaleciendo tu autoestima.

Modificar la autocrítica requiere práctica, pero con cada intento vas debilitando la costumbre de castigarte y fortaleciendo una forma de diálogo interno más sana y equilibrada. No se trata de dejar de exigirte, sino de hacerlo desde la comprensión y no desde el miedo.

Beneficios de reducir la autocrítica

Cuando empiezas a cambiar la forma en que te hablas, algo muy profundo se transforma. Reducir la autocrítica no solo mejora la autoestima, también cambia la manera en que te sientes contigo y con los demás. Dejas de vivir bajo la presión de hacerlo todo perfecto y comienzas a disfrutar de tus esfuerzos, tus logros y hasta de tus errores como parte natural del camino.

Al bajar el nivel de exigencia interna, también disminuye la ansiedad. Aparece una sensación de calma, de poder respirar sin sentir que estás corriendo detrás de un ideal imposible. Tu mente se vuelve más amable y flexible, lo que te permite tomar decisiones con mayor claridad y cuidarte sin culpa. Es entonces cuando el descanso deja de ser una pérdida de tiempo y se convierte en una forma de bienestar.

Además, cuando te tratas con más respeto, tus relaciones también cambian. Te vuelves más empático, menos crítico con los demás y más auténtico. Empiezas a reconocer tu propio valor sin compararte, y eso se refleja en la forma en que hablas, trabajas y te vinculas. En definitiva, al reducir la autocrítica, fortaleces tu autoestima y te permites vivir con más equilibrio, aceptación y libertad interior.

Cuándo acudir al psicólogo

A veces, la autocrítica puede estar tan arraigada que cuesta reconocerla o gestionarla por uno mismo. Si notas que tu diálogo interno es constantemente negativo, que te resulta difícil disfrutar de tus logros o que la culpa y la exigencia te acompañan a diario, puede ser buen momento para buscar apoyo psicológico.

Acudir al psicólogo no significa que haya “algo mal” en ti, sino que estás dispuesto a comprenderte mejor y aprender nuevas formas de cuidarte. En terapia, podrás identificar el origen de esa voz interna tan dura, entender por qué se formó y, poco a poco, reemplazarla por una mirada más compasiva y realista. Este proceso no solo mejora la autoestima, sino también la manera en que enfrentas los retos y te relacionas con los demás.

Pedir ayuda es un gesto de valentía y respeto hacia ti. Nadie debería vivir sintiéndose en deuda consigo mismo todo el tiempo. Si sientes que tu autocrítica te pesa, buscar acompañamiento profesional puede ser el primer paso para aprender a tratarte con la misma comprensión que ofreces a los demás y comenzar a construir una relación más sana contigo mismo.

Cierre

Aprender a dejar de tratarte con dureza no es un proceso rápido, pero sí profundamente liberador. Cambiar la autocrítica por una voz más comprensiva no significa rendirse, sino comenzar a construir una relación más honesta y amable contigo. Mereces sentirte en paz con lo que haces, disfrutar de tus esfuerzos y valorarte sin tener que demostrarlo todo el tiempo.

Si estás interesado en conocerme y que tengamos una entrevista para valorar si te puedo ayudar con tu autoestima, contacta conmigo a través de este link. Podremos tener una primera entrevista gratuita de 30 minutos. Puedo atenderte en Mataró y también en formato on-line.

Referencias

Branden, N. (1994). The six pillars of self-esteem. Bantam Books.

Burns, D. D. (1993). Ten days to self-esteem. William Morrow & Company.

Gilbert, P. (2009). The compassionate mind: A new approach to life’s challenges. New Harbinger Publications.

Neff, K. D. (2011). Self-compassion: The proven power of being kind to yourself. William Morrow.

Te ofrezco 1 hora de mi tiempo para que analicemos en qué puedo ayudarte a sentirte mejor.

¡Puntúame!

Puntuación media 0 / 5. Votos: 0

¡Todavía no hay votos! Sé el primero en valorar el contenido.

Publicado por Iván
icono ivangalvezgonzalez
Soy Iván Gálvez, psicólogo y terapeuta Gestalt y te ofrezco mi acompañamiento en tu proceso de crecimiento personal. Te brindo mis servicios con el propósito de ayudarte a vivir con mayor plenitud y satisfacción, desde el compromiso con la honestidad y el respeto.
Deja tu comentario

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *