Autorregulación en Terapia Gestalt y 6 aspectos clave

La autorregulación es uno de los pilares del enfoque de Terapia Gestalt y se refiere a la capacidad del organismo humano de dirigirse a su propia regulación de forma natural. Un ejemplo de esto son las sensaciones de hambre o sueño, que nos dirigen a la acción de comer o dormir para restablecer el equilibrio. 

Desde este enfoque, así como en muchos otros enfoques, se pretende favorecer la regulación, bien sea en base a la regulación emocional, la cual está estrechamente relacionada con la regulación del sistema nervioso central, o bien sea en base a la regulación del sistema nervioso, ambas estrechamente relacionadas.

Qué es la autorregulación

Como te expliqué anteriormente, nos referimos a la autorregulación como la capacidad del organismo para restablecer el equilibrio. Esto es sencillo de comprender cuando vemos ejemplos básicos. El organismo necesita nutrientes, acto seguido emergen las sensaciones corporales del apetito y esto finalmente nos dispone a la energización para satisfacer esta necesidad.

En palabras de Fritz Perls, creador de la Terapia Gestalt: «El organismo tiene una capacidad natural de autorregulación y, si se le permite funcionar sin interferencias, se adapta continuamente a las demandas internas y externas» (Terapia Gestalt: Excitación y crecimiento de la personalidad humana).

Ahora bien, cuando hablamos de procesos psicoemocionales, la cosa se complica un poco más ya que, en ocasiones es la propia persona quien entorpece la satisfacción de una necesidad, y aquí es donde la autorregulación se interrumpe. 

Visualiza el siguiente ejemplo. Estás en un evento de trabajo en el que no conoces a nadie. Estás disfrutando y sin embargo, te apetece acercarte a alguien con quien compartir tus impresiones. Emerge una necesidad de vinculación. Al mismo tiempo, sientes vergüenza y no te atreves a dar el paso. Interrumpes el impulso y no consigues satisfacer tu necesidad.

Otro ejemplo de cómo funciona la autorregulación a nivel emocional es el estrés. Como ya te he explicado anteriormente, el estrés es una respuesta adaptativa. Resumiendo mucho, percibimos dificultad en un desafío o experimentamos una amenaza, y acto seguido, se produce una activación para poder superarla.

 Ahora bien ¿qué ocurre si esa percepción de desafío o amenaza es constante? Pues nos quedamos atrapados en la respuesta de estrés y es ahí donde se produce el estrés crónico. Lo cual, no es adaptativo o dicho de otra forma, permanecemos en desregulación. 

Qué es la autorregulación emocional

Debemos entender que las emociones cumplen un papel fundamental en la autorregulación organísmica ya que, la función que cumplen es la de facilitarnos la adaptación a las demandas del entorno. Es decir, en respuesta a una situación determinada, la emoción modula nuestras conductas para que podamos satisfacer las necesidades que emergen en cada momento.

Citando a Antonio Damasio: «El equilibrio y la regulación homeostática del cuerpo son fundamentales para el bienestar emocional y cognitivo. La autorregulación implica la capacidad de mantener este equilibrio frente a desafíos externos.» (El error de Descartes, 1994).

Esto nos ayuda a entender que la autorregulación es un proceso que involucra las funciones fisiológicas, lo emocional y lo cognitivo.

Cómo se favorece la autorregulación

Como te dije anteriormente, uno de los principios de la Terapia Gestalt es favorecer la autorregulación organísmica. A continuación, te explico los factores implicados:

1. La toma de conciencia

La toma de conciencia es una de las actitudes que promueve la Terapia Gestalt. Desde este enfoque, se fomenta a la persona a tomar conciencia de sus procesos psicoemocionales ya que, cuanto mayor nivel de conciencia, más posibilidades tenemos de posibilitar una transformación. 

Laura Perls, cofundadora del enfoque de Terapia Gestalt, hace hincapié en este fenómeno en la siguiente cita  «La autorregulación es un proceso básico, tanto para la vida individual como para la social. Es la habilidad de actuar de acuerdo con las necesidades genuinas del organismo en cada momento, sin interferencias innecesarias.» (Terapia Gestalt: Práctica y teoría de la integración).

Es decir, a medida que vamos ampliando la conciencia propia en nuestros procesos, más fácilmente iremos detectando esas necesidades tal vez ocultas o entorpecidas por nuestra dificultad. Para una persona con un elevado sentido de autosuficiencia por ejemplo, pedir ayuda en un momento de necesidad es algo que podría resultar difícil. Así mismo, las personas con rasgos evitativos, podrían encontrar su dificultad en afrontar el problema o situación que tienen delante.  

2. Mecanismos de defensa

Y ligado al punto anterior, debemos entender que esas dificultades que tienen las personas en satisfacer sus necesidades y alcanzar la autorregulación, están muy arraigadas, porque son parte de nuestra estructura de carácter, de nuestra coraza. Condicionan nuestra perspectiva de la realidad y limitan nuestra experiencia vital.

Podemos hablar de las interrupciones de la autorregulación, las cuales se explican mediante los mecanismos de defensa. Estos mecanismos no son más que respuestas defensivas que se disparan automáticamente, y que están condicionados a las experiencias que nos marcaron en la infancia.

Estos mecanismos sirvieron para defendernos de ciertas vivencias y quedaron ancladas en nuestra estructura de carácter. Debido a esto, iremos al mundo respondiendo defensivamente cada vez que nos enfrentemos a alguna situación que entre en resonancia con la vivencia que nos marcó.

Citando a la cofundadora de la Terapia Gestalt, Laura Perls: «En la terapia Gestalt, observamos las formas en que las personas interfieren con su autorregulación natural, ya sea mediante la evitación, la proyección o la represión de emociones. La conciencia de estas interrupciones es el primer paso para restablecer un flujo organísmico más saludable» 

3. Integración de las partes

Otro de los aspectos fundamentales de la Terapia Gestalt relacionado con la autorregulación es el del enfoque a la integración de las partes. 

Hablamos de las partes para referirnos de forma figurada, a nuestras creencias, esquemas de pensamiento o valores que en ocasiones se ven enfrentadas, generando un conflicto interno que nos impide avanzar. Un ejemplo de esto puede ser el de una persona que quiere aprender a escalar pero que no se atreve por el miedo que le fue fundado en su infancia. 

Esto genera en la persona sufrimiento y conflicto interno, y podría llevarle a pasar días, semanas o meses atrapado en un bucle de pensamientos sin un avance. Dicho de otra forma, sus creencias estarían entorpeciendo su necesidad o deseo de realizarse en la escalada. Así pues, la única manera de avanzar sería considerar ambas partes, miedo y deseo, darles espacio y encontrar una fórmula creativa.

Así mismo, este ajuste creativo para alcanzar la autorregulación también debe darse en la consideración de la necesidad interna y el contexto social, tal y como explica Fritz Perls: «La salud depende de la capacidad del organismo para mantener un equilibrio entre sus necesidades internas y las demandas del ambiente. Este proceso de autorregulación permite que el individuo actúe de manera creativa y adaptativa.» (Ego, hambre y agresión).

4. Aquí y ahora

Desde esta perspectiva, damos una gran importancia al estado de presencia y conexión con el momento actual, el aquí y ahora. Y es que, la única forma de alcanzar la autorregulación pasa por estar en presencia ante la experiencia, aceptando lo que que se da en el aquí y ahora.

Sobre la importancia del aquí y ahora en el proceso de autorregulación desde el enfoque de la Terapia Gestalt, podemos rescatar la siguiente cita de John Stevens: «La autorregulación surge cuando el individuo se sintoniza con su experiencia presente, sin intentar evitarla o cambiarla, permitiendo que el organismo responda adecuadamente a sus necesidades reales.» (Awareness: Exploring, Experimenting, Experiencing).

Y es que solo podemos abrir espacio para la transformación si aceptamos profundamente la realidad en la que nos encontramos.

5. Mirada integradora

Otro de los aspectos claves de la Terapia Gestalt para fomentar la autorregulación es la integración de cuerpo, emoción y mente. Atendemos a la totalidad de nuestra experiencia y gracias a esto, podemos atendernos profundamente.

«En la terapia Gestalt, buscamos integrar lo que sentimos, lo que pensamos y lo que hacemos. Esta integración entre mente, cuerpo y emoción es lo que nos permite experimentar nuestra totalidad y funcionar de manera más saludable» (Perls, Hefferline & Goodman, 1951).

Y esto se hace especialmente importante en una sociedad en la que hemos sido profundamente desconectados del cuerpo y la emoción. Así pues, en el proceso terapéutico, se fomentará la atención a la constante aparición de emociones corporales, identificándose, observándolas con detenimiento, y así mismo con los procesos emocionales.

6. Autoapoyo 

A lo largo del proceso de acompañamiento, la persona se apoya en el terapeuta para transitar aquellos aspectos más dolorosos o de mayor dificultad. Esto abre un espacio de corregulación en el que, la persona, se equilibra gracias a la relación con su terapeuta, con el objetivo final de ir poco a poco ganando autonomía gracias a potenciar el autoapoyo. Es decir, la persona poco a poco irá obteniendo recursos que le permitirán alcanzar la autorregulación sin necesidad del terapeuta.

En palabras de Joseph Zinker: “La autorregulación organísmica es la capacidad del individuo para sostenerse y crecer dentro de su entorno, tomando de él lo necesario para su desarrollo y dejando lo que no le sirve.» (Proceso creativo en la Terapia Gestalt).

Cómo ayuda la Terapia Gestalt a desarrollar la autorregulación frente al estrés

Tal y como te he explicado en mi anterior publicación, el estrés es una respuesta adaptativa, que de forma muy resumida, nos dispone a afrontar una situación desafiante o peligrosa. 

El estrés en cierta manera es necesario y saludable, ya que nos permite salvar ciertas situaciones que requieren de un mayor nivel de activación. Ahora bien, cuando el estrés se convierte en una constante en nuestro día a día, bien sea por exigencias en el entorno laboral, familiar o incluso de carácter económico, ya pasamos a hablar de estrés crónico.

Podemos decir que el estrés es un proceso de desregulación. El organismo se agita tras la evaluación de una circunstancia y de la percepción propia de recursos. Dicha desregulación a su vez, nos permite superar una experiencia compleja y esto, nos devuelve a la autorregulación.

En el estrés crónico, el organismo está en una constante desregulación. Es decir, no alcanzamos la autorregulación y por tanto, se produce una segregación hormonal constante que desregula nuestro organismo, nuestras emociones y nuestra cognición. Cuando sufrimos estrés crónico, es normal estar irritable, tener dificultad para dormir, problemas digestivos, experimentamos más cansancio, nuestra concentración y memoria se disminuyen, etc.

En situaciones de estrés crónico, podemos decir que la Terapia Gestalt contribuye a la autorregulación ya que, por un lado nos ayuda a estar presentes, poner atención al cuerpo y así mismo, gracias al proceso de indagación en terapia, podemos entender qué esquemas de pensamiento, creencias o conductas están contribuyendo con la experiencia del estrés.

Cómo integra la Terapia Gestalt el estrés para la autorregulación

Y así como la Terapia Gestalt está muy enfocada a guiar a las personas en un proceso a la autorregulación, existen algunas prácticas que pueden acelerar este proceso. Aquí, bajo mi experiencia, el mindfulness, aporta un gran valor ya que, nos permite desarrollar la presencia y nos ayuda a transitar procesos emocionales difíciles.

All practicar mindfulness, las personas aprenden a observar sus emociones sin identificarse excesivamente con ellas, gracias a la escucha atenta del cuerpo. Es decir, en lugar de dejarse llevar por una emoción, bien sea agradable o desagradable, la persona puede observarla con desapego, lo que permite que la emoción pase sin desencadenar una respuesta impulsiva.

Además, el mindfulness enseña a las personas a reconocer las emociones en sus primeras etapas. Esto es esencial para la autorregulación, ya que permite a la persona intervenir antes de que la emoción se intensifique. Al identificar una emoción, de manera temprana, la persona puede utilizar estrategias de autorregulación que dependerán del contexto y las posibilidades.

Gracias al mindfulness podemos estar sintiendo e identificando un proceso emocional de tristeza, y gracias a ello, podemos atenderlo, tal vez buscando un espacio de recogimiento. 

Otro ejemplo muy interesante es el del manejo de la ira. Esta potente emoción puede aparecer en situaciones y contextos en las que prefiramos no expresarla, por tal de evitarnos problemas. En dicha situacion, ser capaz de sentir la emoción, identificarla y poderla manejar sin ponernos reactivos, puede ser muy ventajoso.

Citando a Jon Kabat-Zinn: «El mindfulness nos ayuda a ver nuestras emociones como eventos momentáneos que surgen y pasan, en lugar de identificarnos completamente con ellas. Esta conciencia es clave para la regulación emocional.» (Full Catastrophe Living, 1990).

Llegados a este punto, si estás interesado o interesada en experimentar con una práctica de meditación, porque no la has practicado nunca, te invito a que pruebes esta práctica de meditación guiada que suelo ofrecer a las personas que acompaño en proceso de terapia.

Tantra y autorregulación

Y así como el mindfulness nos ayuda a desarrollar la capacidad de sostener las emociones, de estar en presencia a través de la curiosidad y de la escucha del cuerpo, el tantra también aporta una visión interesante, en la cual, no solo vamos a permanecer y sentir emociones y sus sensaciones, si no que de alguna forma, buscamos liberar por completo el torrente de energía emocional.

La propuesta del tantra sobre las emociones es muy interesante ya que, no se plantea la contención o supresión de las emociones, lo cual supondría un desgaste energético muy importante. Así pues, desde esta visión, tampoco se plantea tener una respuesta reactiva, más bien, la propuesta es dejar fluir las emociones, y permitir que jueguen a nuestro favor.

Citando a Feurestein: «El tantra nos enseña a no reprimir nuestras emociones, sino a transformarlas. Al tomar conciencia de nuestras emociones y permitirles fluir, podemos convertir la energía emocional en una fuerza creativa y espiritual«.

Y cuando hacemos uso de la palabra espiritual debemos entender que existe un amplio abanico de las experiencias humanas que pueden ser consideradas como vivencia espiritual, desde la expresión a través del arte, hasta el tratar de encontrar un profundo sentido a la existencia o incluso emocionarnos al ver a un hijo o una hija por primera vez.

Al permitirnos sentir el flujo constante de emociones, sin querer retenerlas o reprimirlas, podemos tener una experiencia vital más plena. Para entender esto, debes considerar que existen ciertas cadenas musculares que están en constante tensión para bloquear aquellas emociones que por algún motivo, no estás queriendo sentir. Así mismo, por tal de dejar de sentir una emoción desagradable o bien por aferrarnos a una emoción agradable, nos sumergimos en procesos mentales que nos desconectan del aquí y ahora.

Así pues, el tantra se convierte en una vía que nos acerca a una mayor regulación emocional, la cual tiene muchas similitudes al mindfulness y que también puede favorecer un proceso de psicoterapia como el que se ofrece en la Terapia Gestalt.

Conclusión

Como ves, la autorregulación es un fenómeno muy interesante que no solo nos permite alcanzar un mayor bienestar si no que además, nos permite vivir de una forma más saludable y en mejor relación con nosotros mismos, con el entorno y con las demás personas.

Si este artículo te pareció interesante y estás interesado o interesada en un acompañamiento que te permita alcanzar tu autorregulación, puedes ponerte en contacto conmigo. Estaré encantado en atenderte de forma presencial en Mataró o Barcelona así como en formato on-line.

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Publicado por Iván
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Soy Iván Gálvez, psicólogo y terapeuta Gestalt y te ofrezco mi acompañamiento en tu proceso de crecimiento personal. Te brindo mis servicios con el propósito de ayudarte a vivir con mayor plenitud y satisfacción, desde el compromiso con la honestidad y el respeto.
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