Terapia Gestalt, Psicología humanista y desarrollo personal

Si me sigues ya sabrás que mi visión de la psicología integra varias perspectivas. Me formé en Psicología y en Terapia Gestalt, que es una de las ramas de la psicología Humanista y en mi día a día, reviso constantemente qué visión y herramientas da mejor respuesta en los casos que abordo en consulta, incluyendo enfoques como el mindfulness, terapia basada en compasión, estudio del carácter, etc.

En esta entrada de blog quiero hablarte acerca de la Psicología Humanista y el porqué creo que este es un enfoque que aporta un gran valor en los procesos de psicoterapia, especialmente aquellos enfocados al desarrollo personal.

Qué es la psicología humanista

La psicología humanista es un enfoque terapéutico centrado en la experiencia subjetiva, el potencial de crecimiento personal y la búsqueda de una vida auténtica. Surge como la “tercera fuerza” en psicología, tras el psicoanálisis y el conductismo, y pone al ser humano en el centro del proceso de cambio, considerando su capacidad innata para la autorrealización

Según Carl Rogers, “cada individuo tiene dentro de sí mismo vastos recursos para la autocomprensión y para alterar su autoconcepto, actitudes y comportamiento” (El proceso de convertirse en persona). La terapia humanista se basa en la idea de que el cambio ocurre cuando se ofrece un entorno terapéutico seguro y empático.

Un elemento clave de este enfoque es el énfasis en el “aquí y ahora”, así como en la experiencia subjetiva del cliente. Fritz Perls, fundador de la terapia Gestalt, afirmaba que “la atención al momento presente es la puerta para comprender y transformar nuestras vidas” (Sueños y existencia). 

A diferencia de otros enfoques, la psicología humanista no se centra en el análisis del pasado ni en técnicas específicas, sino en el establecimiento de una relación terapéutica genuina basada en la empatía, la congruencia y la aceptación incondicional.

Otro pilar fundamental de la psicología humanista es la creencia en el potencial humano para el crecimiento y la autorrealización. Abraham Maslow describe esta tendencia como “el deseo de convertirse en todo lo que uno es capaz de ser” (Motivación y personalidad). En este sentido, la psicología humanista busca liberar a la persona de barreras internas y externas que limitan su desarrollo, fomentando la exploración de su auténtico yo y la identificación de sus valores más profundos.

Además, la psicología humanista reconoce la importancia de la libertad y la responsabilidad en el proceso de cambio. Para Rollo May, “la libertad no es simplemente la ausencia de restricciones, sino la capacidad de elegir con autenticidad y asumir las consecuencias” (El hombre en busca de sí mismo). Este enfoque capacita al cliente para tomar decisiones conscientes y construir una vida alineada con sus valores, enfrentando los desafíos de manera creativa y con coraje.

En resumen, la psicología humanista aporta una visión esperanzadora del ser humano, considerando su capacidad para crecer, crear y encontrar significado incluso en circunstancias adversas. Como señala Erich Fromm, “la tarea principal del hombre en la vida es darse nacimiento a sí mismo, convertirse en lo que potencialmente es” (El arte de amar). Este enfoque terapéutico no solo busca aliviar el sufrimiento, sino acompañar al cliente en su camino hacia la plenitud, la autenticidad y el sentido vital.

Psicología humanista y existencialismo

Para entender más a fondo la psicología humanista, debemos entender la influencia que recibe de la filosofía existencialista.

La psicología humanista y la filosofía existencialista comparten una visión común sobre el ser humano como un agente libre, capaz de construir su propia existencia y de encontrar significado en su vida. Mientras que el existencialismo, en la obra de pensadores como Søren Kierkegaard, enfatiza la importancia de la subjetividad y la fe en la experiencia personal, la psicología humanista toma estos principios para enfocarse en el desarrollo personal y la autorrealización. 

Ambos enfoques rechazan la idea de que los individuos están completamente determinados por su entorno o biología, y promueven la capacidad de elegir y trascender las circunstancias.

Una de las aportaciones más significativas del existencialismo a la psicología humanista es su énfasis en la importancia del “ser” y del “convertirse”. Por ejemplo, Martin Heidegger, en su concepto de Dasein (ser-en-el-mundo), introduce la idea de que el ser humano siempre está en proceso de convertirse en algo nuevo a través de sus elecciones y su interacción con el mundo.

La psicología humanista retoma esta noción para centrarse en la experiencia individual como base del crecimiento personal, destacando la necesidad de que las personas encuentren un sentido a sus vidas a través de su conexión con el presente y sus valores.

Otro vínculo esencial es la aceptación de la finitud humana como una oportunidad de crecimiento. En el existencialismo, aceptar la inevitabilidad de la muerte y las limitaciones de la vida lleva a vivir de manera más auténtica y significativa. De manera similar, la psicología humanista aborda esta temática ayudando a las personas a enfrentar sus miedos y ansiedades, transformándolos en herramientas para el autoconocimiento y la transformación. 

Esta visión compartida permite a la psicología humanista traducir los dilemas existenciales en procesos terapéuticos que fortalecen la libertad, la autenticidad y la búsqueda de propósito.

Qué es el desarrollo personal según la psicología humanista

La psicología humanista entiende el desarrollo personal como un proceso continuo de autorrealización, en el que las personas buscan desplegar su potencial más alto y vivir de manera auténtica y plena. Esto quiere decir que no solo se pretende satisfacer las necesidades básicas, sino trascender hacia metas más significativas. Este enfoque plantea que el crecimiento humano es una tendencia natural, pero requiere un entorno favorable y el compromiso personal para florecer.

Un aspecto central del desarrollo personal desde esta perspectiva es la alineación entre el “yo real” y el “yo ideal”. Carl Rogers define este proceso como “la congruencia entre lo que somos y lo que deseamos ser” (El proceso de convertirse en persona). A través de la terapia y la reflexión, las personas pueden identificar y superar barreras internas, como el miedo al juicio o la autoexigencia desmedida, para conectar con sus valores más profundos y actuar de manera auténtica. Este camino hacia la congruencia no solo facilita una mayor autoestima, sino también una vida más coherente y significativa.

Además, la psicología humanista vincula el desarrollo personal con la búsqueda de propósito y sentido en la vida. Viktor Frankl afirma que “la búsqueda de significado es la motivación primaria de la vida humana” (El hombre en busca de sentido), destacando que incluso en circunstancias adversas, las personas tienen la capacidad de encontrar valor y dirección en sus experiencias. Este enfoque ve el crecimiento personal como un acto de libertad y responsabilidad, donde cada individuo puede elegir cómo responder a los desafíos y cómo construir una vida que refleje su esencia más auténtica.

Desde la visión de la terapia Gestalt, el desarrollo personal se centra en el “darse cuenta” o conciencia plena del aquí y ahora, como un proceso que permite integrar pensamientos, emociones y acciones para alcanzar una vida más auténtica y significativa. Según Fritz Perls, “el cambio ocurre cuando uno se convierte en lo que es, no cuando intenta convertirse en lo que no es” (Gestalt Therapy Verbatim). 

Este enfoque enfatiza la importancia de responsabilizarse por las propias elecciones, superar patrones repetitivos y reconectar con el propio potencial creativo, facilitando así un crecimiento genuino y transformador.

Qué aporta la Terapia Gestalt en el desarrollo personal

La terapia Gestalt aporta al crecimiento personal una perspectiva profundamente transformadora al enfocarse en el “darse cuenta” del aquí y ahora. Este enfoque permite a las personas desarrollar una conciencia plena de sus pensamientos, emociones y comportamientos, ayudándolas a reconocer patrones que limitan su desarrollo y apoyando la autorregulación.

Según Fritz Perls,el darse cuenta es el punto de partida para el cambio” (Gestalt Therapy Verbatim), ya que al identificar cómo nos desconectamos de nuestras experiencias, podemos reconectar con nuestras necesidades y tomar decisiones más auténticas. Este proceso fomenta un mayor autoconocimiento y capacidad de vivir en el presente.

Otro aporte esencial de la terapia Gestalt es la integración de las partes fragmentadas del “yo”. Muchas personas viven en conflicto interno debido a emociones reprimidas, deseos insatisfechos o roles impuestos por su entorno. La terapia Gestalt utiliza técnicas como el diálogo de las “sillas vacías” para facilitar la comunicación entre estos aspectos internos, promoviendo la reconciliación y la aceptación personal. Este proceso, explica Perls, “permite a las personas convertirse en un todo integrado y auténtico”, logrando un mayor equilibrio emocional y una sensación de plenitud.

Finalmente, la terapia Gestalt potencia el desarrollo personal al enfatizar la responsabilidad individual. En lugar de culpar a factores externos por sus dificultades, las personas son guiadas a asumir el control de sus elecciones y resultados. Perls lo resume claramente: “La madurez consiste en aceptar ser el autor de tu propia vida”. 

Este enfoque empodera a los individuos para tomar decisiones conscientes, superar bloqueos y avanzar hacia metas alineadas con sus valores, contribuyendo así a un crecimiento auténtico y sostenido.

Reflexión sobre la psicología humanista

La psicología humanista representa un cambio profundo en la forma de entender al ser humano, colocándolo en el centro de su propio desarrollo y destacando su capacidad para crecer, aprender y encontrar sentido en la vida. 

Al enfocarse en la experiencia subjetiva y en el potencial de cada individuo, este enfoque no solo facilita el autoconocimiento y la autorrealización, sino que también empodera a las personas para enfrentar desafíos de manera auténtica y consciente.

Más allá de aliviar el sufrimiento, la psicología humanista inspira una transformación integral, ayudando a las personas a conectar con sus valores, asumir la responsabilidad de sus elecciones y vivir de forma plena. Es una invitación a abrazar la libertad y el potencial creativo, reconociendo que el crecimiento personal no solo beneficia al individuo, sino que también contribuye a construir comunidades más conscientes y conectadas.

En esencia, la psicología humanista nos recuerda que, incluso en las circunstancias más difíciles, siempre existe la posibilidad de elegir, cambiar y construir una vida con significado. Su legado radica en su capacidad de ofrecer esperanza y herramientas prácticas para una vida más auténtica, equilibrada y plena.

Conclusión

Como psicólogo formado en psicología humanista, aprovecho este enfoque para favorecer los procesos de psicoterapia en que las personas vienen en búsqueda de un sentido, de un propósito, de encontrar su lugar en la vida o de resignificar su pasado con deseo de una transformación.

Mi visión es no centrarme en el enfoque o la herramienta, sino centrarme en la persona, es por ese motivo que solo me apoyo en los principios y beneficios de este enfoque cuando creo que va a hacer bien a la persona que tengo al frente.

Si estás interesado o interesada en saber si puedo acompañarte en un proceso de desarrollo personal basado en la psicología humanista, contáctame y agendemos una sesión gratuita. Ahí atenderé tu caso y te explicaré cómo puedo acompañarte.

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Publicado por Iván
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Soy Iván Gálvez, psicólogo y terapeuta Gestalt y te ofrezco mi acompañamiento en tu proceso de crecimiento personal. Te brindo mis servicios con el propósito de ayudarte a vivir con mayor plenitud y satisfacción, desde el compromiso con la honestidad y el respeto.
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Un comentario

  1. Nunca me sentí tan escuchada y comprendida tanto por Ivan como por mí misma hoy he descubierto un nuevo modo de conocerme y sentirme muy aliviada con mis conflictos y seguir aprendiendo, Ivan es un gran profesional

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