Siguiendo el hilo de mi anterior entrada, te presento en esta ocasión, un caso hipotético que nos ayudará a comprender cómo se genera el problema de ansiedad, en concreto, de la fobia social y qué estrategias terapéuticas pueden utilizarse para abordarla.
La fobia social es un problema cada vez más común que afecta la vida personal, laboral y emocional de quienes la padecen. Puede limitar gravemente el bienestar y la capacidad de desenvolverse en distintos entornos, pero, como cualquier otro trastorno de ansiedad, es un patrón aprendido que puede modificarse con la intervención adecuada.

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Introducción del caso de fobia social
Para este ejemplo, utilizaremos el nombre de Javier para referirnos a la persona que sufre fobia social en este caso hipotético.
Javier tiene 30 años, vive solo y trabaja desde casa como programador informático. Desde la adolescencia ha sentido un intenso malestar en situaciones sociales, pero con el tiempo, esto se ha intensificado hasta el punto de que evita eventos donde haya muchas personas.
Siempre ha sido una persona reservada, pero en los últimos años ha notado que cada vez le resulta más difícil asistir a reuniones con amigos, salir a comer a restaurantes o acudir a conciertos. Cuando se acerca un evento con otra personas como una celebración de cumpleaños, una boda o un funeral, anticipa el malestar que le supondrá y empieza a buscar excusas para no asistir.
De nuevo, ya ves como la ansiedad, en este caso la ansiedad que se da en un caso de fobia social, se traduce en anticipación, preocupación excesiva por la situación concreta y finalmente, aparecen estrategias de evitación.
Al pensar en ir a un concierto o una cena con amigos, Javier experimenta pensamientos como:
- «Va a ser horrible, no voy a saber qué decir y me voy a sentir fuera de lugar.»
- «Seguro que los demás notan que estoy incómodo y se preguntan qué me pasa.»
- «Me voy a bloquear, no voy a poder disfrutar nada y solo estaré pensando en cómo salir de ahí.»
Estas ideas le generan un gran malestar, lo que refuerza su conducta de evitación y hace que cada vez sea más difícil para él participar en eventos sociales.
Pero, analicemos cómo se ha desarrollado este problema en su vida.
Antecedentes en un caso de fobia social
Javier creció en un ambiente familiar en el que se le exigía que se comportara de una manera muy correcta en público. Cuando era niño, sus padres solían decirle cosas como:
- «No hagas el ridículo delante de la gente.»
- «Si no tienes nada interesante que decir, mejor quédate callado.»
- «Los demás siempre están observando, no puedes permitirte cometer errores.»
Estos mensajes hicieron que Javier creciera con una profunda inseguridad respecto a su imagen y a su capacidad para interactuar con los demás.
Al mismo tiempo, Javier era el pequeño de 3 hermanos, y también de los 5 primos que crecieron unidos debido a que eran vecinos. Al ser el pequeño de todos, Javier era constantemente ridiculizado por hermanos y primos cuando jugaban con otros niños, cosa que fraguó experiencias sociales muy desagradables en muy temprana edad.
En su adolescencia, tuvo experiencias que reforzaron su temor, especialmente en el paso al instituto. Javier recuerda una ocasión en la que intentó hablar en un grupo grande de compañeros y alguien se burló de su comentario, ridiculizándolo hasta el punto que rompió a llorar. A partir de ahí, comenzó a evitar situaciones donde sintiera que podía ser evaluado o juzgado.
Con el tiempo, esta evitación se volvió un hábito automático. Cada vez que debía enfrentarse a una situación social difícil, su ansiedad aumentaba, lo que reforzaba la idea de que «era mejor no exponerse.
Respuesta de fobia social
Cuando Javier se encuentra en un entorno social grande (como un restaurante con amigos o un concierto), su cuerpo reacciona con una fuerte activación fisiológica:
- Su corazón se acelera.
- Comienza a sudar y sentir calor en la cara.
- Su mente se llena de pensamientos sobre cómo lo perciben los demás.
- Siente un intenso deseo de huir.
Este patrón de reacción lo lleva a estar hiperconsciente de sus propios movimientos, su postura y la forma en la que habla. Se enfoca en cómo cree que lo están viendo los demás, lo que intensifica su ansiedad y hace que le cueste más interactuar de forma espontánea.
Ante esta respuesta de fobia social, Javier tiene totalmente integrado que estar en público va a ser un suplicio, y así acaba siendo en la mayor parte del tiempo.
Después del evento, Javier pasa horas analizando cada detalle de la situación, recordando momentos en los que cree que «pareció raro» o «dijo algo inapropiado». Esto refuerza su creencia de que las situaciones sociales son peligrosas y debe evitarlas.
Consecuencias de la fobia social
El problema de Javier ha generado múltiples consecuencias en su vida:
- Aislamiento social: Debido a la dificultad que le genera la fobia social a Javier, cada vez sale menos y ha dejado de asistir a reuniones con amigos, lo que está debilitando sus relaciones. Muchos de sus amigos se han cansado de sus excusas y ya ni siquiera le incluyen en los planes. A esto se le suma la dificultad para conocer chicas, lo cual le genera una gran frustración.
- Evitación de experiencias placenteras: Aunque a Javier le encanta la música, ha dejado de ir a conciertos porque la idea de estar rodeado de tanta gente le resulta insoportable. Su deseo de vivir este tipo de experiencias se ve frustrado por la aversión a las respuestas que la fobia social le generan.
- Impacto en su autoestima: Debido a todo lo anterior, Javier siente que es diferente a los demás y que hay algo «defectuoso» en él, lo que refuerza su inseguridad. Es consciente de su dificultad para salir y sumarse a planes y además, siente que sus amigos le dan la espalda.
- Limitaciones en su vida profesional: Javier no solo tiene problemas en su vida personal. Su problema de fobia social le está pasando factura también a nivel profesional. Debido a su ansiedad, evita reuniones de trabajo, lo cual le está causando algunos desencuentros con sus compañeros y su superior.
Como ves, la experiencia vital de Javier está muy limitada. Sus necesidades de filiación se ven frustradas ya que, solo disfruta cuando está con pocos amigos y siente que se está perdiendo muchas experiencias en la vida. Esto, lejos de mejorar va deteriorando su autoestima e incluso podría afectar su situación laboral y por tanto, también su situación económica.
Claves teóricas del caso de fobia social
El caso de Javier se puede comprender desde varios modelos psicológicos:
El modelo de procesamiento de la información social (Clark & Wells, 1995) explica cómo las personas con fobia social dirigen su atención hacia sí mismas y asumen que están siendo evaluadas constantemente, lo cual les lleva a desconfiar de los grupos y a una sensación de exposición y de enorme vulnerabilidad.
Por otro lado, el modelo de evitación experiencial (Hayes et al., 1996) explicaría como la conducta de evitación de eventos sociales que lleva a cabo Javier, reduce temporalmente su ansiedad, pero refuerza el problema a largo plazo, ya que dificultará que pueda enfrentarse y sostener la respuesta emocional que aparece cuando está frente a un grupo o una multitud.
Así mismo podemos decir que Javier está teniendo una enorme dificultad de contacto con personas experiencias por su respuesta de fobia social que a su vez, tiene origen en su miedo al rechazo o al juicio. Existe un conflicto entre su «yo que quiere vincularse y expresarse» y su «yo que se escapa y se reprime por miedo». Este conflicto interno le genera un gran sufrimiento, y permanecer así podría llevarle a una respuesta de indefensión aprendida que podría derivar en una depresión.
Por otro lado, es evidente que Javier interiorizó «el juez interno». Las críticas y burlas de sus hermanos y primos tienen eco en el presente, y las sigue proyectando de forma inconsciente cada vez que se encuentra en grupo o frente a una multitud. Lo esperado según su aprendizaje y sus experiencias, es que el grupo se burle de él y le ridiculice.
Propuesta de intervención en el caso de fobia social
Para ayudar a Javier, la terapia podría plantearse de la siguiente manera:
- Entrevista y diálogo: en las fases iniciales del proceso, se dedicará espacio a entender la problemática que está haciendo frente Javier. Entender cómo percibe él su situación, qué factores explican su ansiedad, que función tienen las respuestas que está dando y cuales son sus necesidades y valores será crucial para ajustar la intervención a su caso singular.
- Exposición gradual: Mediante esta técnica, trabajaremos con una jerarquía de situaciones, desde escenarios menos amenazantes hasta los más difíciles, ayudándole a enfrentar su miedo progresivamente. Este trabajo tiene como objetivo que Javier aprenda a sostener y transitar las respuestas emocionales que le producen su problema de fobia social. Este aprendizaje le permitirá sostener cada vez mejor estas situaciones sin evitarlas, cosa que irá reduciendo sus respuestas de ansiedad.
- Reestructuración cognitiva: Se desafiarán y modificarán creencias irracionales como «los demás me están juzgando todo el tiempo» o «si me pongo nervioso, la gente lo notará y se burlará». Este trabajo será crucial en el caso de la fobia social que sufre Javier ya que, si mantiene estos pensamientos, se propician y mantienen las respuestas de ansiedad.
- Técnicas de regulación emocional: A lo largo del proceso se llevarán a cabo prácticas como la respiración consciente y el mindfulness para ayudar a que Javier pueda tener una mejor regulación emocional. Este trabajo permitirá a Javier identificar cuando está en respuesta de huida, parálisis o lucha, y así mismo, le permitirá aprender a regularse mejor ante estas situaciones, ofreciéndole un mayor control frente a las situaciones que le generan fobia social.
- Técnica de silla vacía: esta técnica procedente de la Terapia Gestalt, permitirá a Javier poner conciencia a algunos de los aspectos que se ponen en juego en su conflicto actual. Podrá dar voz a su deseo por relacionarse y disfrutar de los grupos y así mismo, podrá poner voz a aquella parte que teme los encuentros sociales por miedo a las burlas y el ridículo. Esto le permitirá por un lado ampliar conciencia de los condicionamientos que le dificultan estar en grupo así como le ayudará a contactar con su deseo, lo cual puede ser de gran ayuda para que se motive con el tratamiento.
Como puedes imaginar, estas son solo algunas de las técnicas de intervención posibles en un caso como el que expongo hoy, pero ya te puede ayudar a entender la dirección que toma este tipo de intervenciones.
Algo importante será entender que este proceso requerirá su tiempo, no es inmediato y seguramente vendrá con recaídas que pueden llegar a ser desmotivantes. Aquí es importante mantener el proceso, confiar en los esfuerzos que se están haciendo y valorar los pequeños avances.
Así mismo, será importante para afianzar el cambio, trabajar en un proceso que permita tomar mayor conciencia de aquellos aspectos en juego en la fobia social. Esto último permitirá a Javier evitar recaídas y alcanzar un mayor bienestar a largo plazo en su cotidiano.
Conclusión
La fobia social es un problema limitante, pero con el tratamiento adecuado, se puede superar.
El caso de Javier muestra cómo los condicionamientos tempranos y la evitación mantienen el problema, pero también cómo una intervención basada en exposición, reestructuración cognitiva y habilidades sociales puede ayudar a cambiar este patrón.
Si te identificas con esta situación y quieres trabajar en ello, te invito a contactar conmigo. Te ofrezco una sesión gratuita donde atenderte, escuchar tu situación y explicarte mi forma de trabajo. Con esfuerzo y acompañamiento, es posible recuperar la confianza y disfrutar de la vida social sin miedo.